Pyros, el fuego que renueva la vida

Shou sugi band o yakisugi: La belleza de la madera quemada

 

Shou-sugi-ban o yakisugi  es una técnica tradicional japonesa de quemar madera por un lado para hacerla más resistente.  

Las virtudes del Show sugi ban son innegables: una vez que la madera se quema, la capa de carbono creada protege la fibra de madera del mal tiempo, los rayos UV, de los ataques de hongos o moho y los insectos e, irónicamente, de los incendios, especialmente en el origen. La mayoría de las casas en Japón estaban construidas de madera y la gente temía más que nada la propagación de las llamas. La capa superior carbonizada creó un efecto retardador. La superficie es más resistente y tiene una mejor durabilidad en el tiempo. 

 

Esta técnica fue utilizada por los pescadores del mar de Seto para las fachadas de sus casas de madera. Hoy en día, todavía se encuentran en ciertas casas de té tradicionales en los antiguos distritos de Kyoto y Nara en particular. La terminología Shou Sugi Ban proviene de la conífera utilizada “Sugi”, cedro o ciprés japonés, que adorna la entrada a los templos y oratorios japoneses.

 

Shou Sugi Ban o Yakisugi se relacionan con la filosofía de vida japonesa de Wabi Sabi y la visión pura de la belleza. El espíritu Wabi se basa en la autenticidad, la pátina del tiempo y la simplicidad implementada por materiales crudos, imperfectos, reciclados o rústicos. “Wabi” trata de la simplicidad y “Sabi” se refiere a la belleza creada por el trabajo del tiempo. Por lo tanto, la madera quemada envejecerá maravillosamente. Dan testimonio del paso del tiempo, una forma de mantenerse en contacto con el ciclo de la naturaleza. 

Yakisugi (焼杉) es un método tradicional japonés de preservación de la madera. Yaki significa calentar con fuego y sugi es Ciprés.

 

También se conoce en occidente como Shou-Sugi-Ban (焼杉板), el cual usa el mismo carácter kanji pero con una diferente pronunciación. El caracter ban significa “tablón”.

 

Mediante una ligera carbonización de la superficie de la madera, sin quemar toda la pieza, esta se vuelve impermeable y, por lo tanto, más duradera. También se protege contra insectos.

 

Producción: la madera originalmente utilizada es ‘Sugi, comúnmente conocida como cedro japonés. Sin embargo, el nombre científico de esta especie endémica de Japón es cryptomeria japonica, por lo que es un ciprés. La madera utilizada debe estar seca, cortada en tablas largas. Idealmente, la incineración se realiza en el costado del tablero que se volvió hacia el exterior del tronco.

 

Cómo se carboniza la madera: las tablas de madera se queman en cada lado, lo que generalmente se hace con un soplete. Usando un cepillo rígido, los residuos de carbón se eliminan de las tablas y el material se enjuaga con agua.

 

Una vez que una tabla está seca, se aplica un aceite natural para sellarla. Los colores generalmente van desde un color de madera natural muy rico hasta un negro profundo. La apariencia final está determinada por la especie de la madera, la extensión de la quemadura y la fuerza con la que se cepilla. El color se puede manipular aún más mediante el uso de colorantes, en lugar de aceite.

 

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Pasos del proceso

  1. Quemar la madera
  2. Cepillar la madera carbonizada superficial
  3. Lavar la madera
  4. Proteger la madera (aceites naturales, barnices, etc. De preferencia aceites naturales como el de linaza).

Características

La madera carbonizada utilizando esta técnica adquiere:

Resistencia al Fuego (Ignífuga)

Resistencia a insectos xilófagos

Resistencia a la pudrición (moho)

Resistencia al agua

Resistencia a los rayos UV

 

Beneficios:

  1. Resistente y duradero: la expectativa de vida de Shou Sugi Ban se estima en más de 80 años cuando se mantiene adecuadamente.
  2. Estética:puede obtenerse una variedad de hermosos colores dependiendo de qué tan profundo se queme y qué tan profundo cepille la madera.

El resultado varía según la madera utilizada en la base, el tiempo de combustión practicado y el acabado. Va desde el efecto carbonizado a un efecto ennegrecido o unos toques quemados que revelan la madera original. Una vez que se realiza la combustión, se raspa el residuo de carbón si es necesario con un cepillo, luego aplique una capa de acabado que puede ser aceite vegetal o cera.

Con la locura por la madera, los métodos naturales, esta técnica ancestral es muy popular entre los arquitectos. Es realmente interesante desde el punto de vista del diseño y la estética, siempre y cuando se ame el negro y la madera, y también porque protege la madera de una manera natural y duradera. Esto evita el uso de plásticos y petroquímicos. Puede dar efectos de carbón , pero ya has visto que se puede graduar la oscuridad.

El Show sugi ban no es solo para exteriores. Muchos diseñadores de interiores también lo estan usando en interiores para revestir paredes.

Después de los arquitectos, los diseñadores no se quedan atrás. Estos usan esta técnica para ennegrecer los muebles y resaltar el craquelado que genera la madera quemada, dandole carácter y fuerza al mobiliario.

 

El diseñador neerlandés Maarten Baas se atrevió a pasar bajo el fuego los muebles de época. Con la idea de modernizar los mueble viejos.  La diferencia de pintar un mueble de negro o de utilizar esta técnica, es el efecto en su textura, no liso como se vería pintado.

Marcas como RIVA 1920, utilizan el proceso de Shou Sugi Ban utilizando la antiguas técnicas japonesas.  Crearon el acabado “Vulcano” para cedro que se caracteriza por un color negro, resultado de un proceso artesanal de carbonización que incluye el área superficial de la madera, que se convierte en negro antracita. Al tocarlo, la superficie es rugosa y molida, el acabado se obtiene a través de aceites perfumados naturales. 

Pino carbonizado, pino Loblolly claro

A nivel de revestimientos también se desarrolla este concepto. La marca RAK, en su última colección SUGI BAN se inspiró en este arte japonés para crear los diseños en porcelanato. Se pueden aplicar tanto en paredes como en piso dandole fuerza y carácter a los espacios.

Otro ejemplo es la empresa KOHLER, donde desarrolló toda una colección para baños inspirada en la tonalidad negra y texturizada que deja la técnica Shou sugi band.

En el cruce de esta tendencia de color y la creciente apuesta por la sostenibilidad aparece entonces una solución de inspiración oriental: el yakisugi. Esta técnica ancestral japonesa, consiste entonces en quemar la capa exterior de la madera para aumentar su durabilidad, lo que le da una tonalidad oscura. La madera quemada será más negra cuanto mayor sea el carbonizado. El tiempo de quemado, unido a otros factores como el nivel de cepillado o el tratamiento posterior que se aplique –aceites o barnices-, dará como resultado una gran variedad de matices y texturas: del negro profundo y la textura reptil al más suave, donde el cepillado elimina el carbón y aligera el tono.

La madera carbonizada evolucionó a partir de las raíces tradicionales de la construcción de madera japonesa antigua, que enfatizaba la necesidad de la tolerancia a la putrefacción y a los insectos, manteniendo una integridad estructural constante. Esto asegura durabilidad, funcionalidad y longevidad como una adición elegante e inesperada a un espacio, dándonos el hermoso color negro, orgánico y el drama transformador del fuego en el proceso de fabricación.

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